COSAS DE LA MAR
Me hablan de la existencia de un lugar en altamar
Punto de convergencia de extraviados
A los que afanosa y voluntariamente buscaron
Sin comprender que ellos disfrutaban de su soledad
Y la envidiable pasión de amar
En la absoluta y profunda intimidad de los océanos
NOSOTROS
En esta humilde tierra
Gozábamos de propia brújula
Conocíamos de puntos cardinales
A lo profundo tuyo A lo profundo mío
Le llamaban Oriente Le llamaron Poniente
Pero al fin
Lo nuestro
A diferencia de ellos
Era un cauce que ardía
En espirales de recuerdos y humedades
En páginas de libros
Y huecos de una tarde
ESA ERA NUESTRA INMENSIDAD
La misma que se convertía
EN EL CIELO TERRENAL/
DE NUESTROS MARES
Que atestiguaba
Los silencios de un ventanal en el Poniente
De una puerta en el Oriente
Y de un encanto de viento
Que siendo cómplice
Se extasiaba en vastedad
En lo recóndito
De esos mares
Y en los cantos silentes
De aquellos eternos e insaciables amantes